3.11.06

Sabores malos de infancia

Por Andres

Es dificl recordar sabores de la infancia que no sean traumáticos., por eso voy a empezar primero con los que marcaron el resto de mi vida para mal:
La nata del chocolisto caliente del desayuno, aunque frío era una maravilla, caliente se convertía en mi peor enemigo, hasta el punto de botarlo en la matera mas cercana, esperando siempre que nadie se diera cuenta de la mancha café claro que quedaba en la tierra, y luego en el tapete.
El agua de panela caliente con cola granulada que me servían en las vacaciones que pasaba en Bucramanga, recuerdo llegar cansado y mugriento de jugar toda la tarde en el parque del conjunto en cañaveral, listo para comer algo ligero y tomar mucho agua fría, y recibir en cambio un pocillo gigante de una bebida que para su época, era mas energizante que el red-bull. Luego, como era de esperarse, quedaba echado en el sofá sudando como en un sauna y tan lucido como para hacer una maqueta.
La lista podría continuar... pero también quiero pensar en los sabores añorables.

2.11.06

Sabor a infancia

Por Jorge

Con alguno de mis 7 amigos Andrés y otro de mis 4 amigos Juan Pablo recordábamos la programación de nuestra época de infancia, el tiempo de Los Transformers y los Thundercats, de los G.I. Joe y Centella, solo unos pocos años posterior a esa parrilla de programación que relata tan bien Andrés López en La Pelota de Letras.

De repente acordarme de todos esos programas hizo que a mi cabeza llegaran recuerdos de olores a desayuno, ya que algunos de éstos eran emitidos los sábados y domingos en la mañana. Pero particularmente me acordé después del sabor de José Miel: el de colada de avena.

Si, José Miel me sabe a avena caliente. La historia de la triste abeja que nunca encontraba a su madre y que capítulo tras capítulo veía como sus amigos insectos eran devorados por bichos horribles, era emitido en las horas de la tarde en la que mi mamá me servía onces y ahí siempre estaba la dichosa colada a la que se le formaba una gruesa y espesa nata que odio. El programa me ponía muy triste y hacía que corriera a ver dónde estaba mi mamá…de pronto por eso hoy no soporto tomar avena de esa forma.

Me desligué del tema de los programas y comencé a tratar de acordarme de más sabores de infancia. A pesar de que mi mamá cocina bastante bien, no volvió a aparecer en los sabores que más recuerdo, las dueñas de mis principales memorias fueron mis abuelas (si hasta me acuerdo de la loza que usaban).

De hecho la sopa de tomate de mi abuela paterna con papas fosforito y un poco de crema de leche servida en forma de espiral, me parece insuperable (aunque la de Urbano es una excelente competencia). Igualmente recuerdo las papás fritas de mi abuela materna, quien afirmaba que eran “tan buenas como las de Presto”. Me podría acordar de muchas cosas que hacían o compraban, como las fresas con crema y la papaya con azúcar, presentadas en esos platos de vidrio ocre, los muffins que vendían cerca del jardín botánico, las peras imperiales, la sopa de verduras, la lengua alcaparrada de la sucursal y los helados San Jerónimo.

¿A usted a que le sabe su infancia?

10.10.06

Se acabó el año

Por Jorge

Iba a escribir un post sobre la rumba, sobre lo vivido, gozado y aprendido….y lo que queda por aprender. Sin embargo, ayer llegó el pedido de papelería a la oficina, a todos nos dieron resmas de papel carta y oficio, ganchos legajadores y de cosedora, clips, lápices, marcadores, resaltadotes, esferos, cedes en blanco, blocks de hojas amarillas ralladas y cuadriculadas. Al ver tal cantidad de objetos dije “se adelantó la navidad” y algún compañero en tono melancólico exclamó: “se acabó el año muy rápido”. La felicidad momentánea tras recibir nuestros elementos de trabajo se vio opacado por esa invitación a la reflexión implícita en la frase.

Todos los años oímos la misma frase como desde agosto, sobretodo vienen de las personas que no les ha ido tan bien; pero no habría necesidad de lamentarse si el año se vive con intensidad y entusiasmo. ¿Cómo lograrlo si estamos en el día a día, trabajando, estudiando, llegamos en la noche a ver novelas y realities, y cuando llega el fin de semana nos “perdemos” hasta el amanecer? (eso no es propiamente una oda a la rumba, pero si una crítica de que para algunas personas sea la única opción).

Para muchos la mejor opción es hacer cosas que nos saquen de la cotidianidad, ir a cine o teatro, donde por un par de horas los problemas son de otros, practicar algún deporte, para oxigenar el cuerpo y de paso la mente, leer un libro y así descubrir mundos fantásticos o que la realidad puede superar a la ficción.

¿Cuál fue la última película que vio (en cine, no valen las que dan en Premier Caracol), o el último libro que leyó? ¿La última exposición que vio? ¿No se acuerda? Claro, así a cualquiera se le acaba el año rápido a cualquiera. No me las doy del mas culto (de hecho me corché en la de la exposición), ni creo que así se le haga el quite a los problemas de encima y estas actividades sean la solución; pero seguramente le darán perspectivas, le mostrarán nuevos rumbos y formas de ver la vida.

Si no ha hecho alguna de estas cosas es probable que no se haya puesto a pensar en cómo resolver sus problemas y mucho menos de tomar decisiones y actuar al respecto. Lo peor es que esto no necesariamente es culpa suya, sino de todo un sistema que obliga a que estemos en función de hacer otras cosaspero yo creo que esto es tema de otro post…

20.9.06

La vida como guión de cine

Por Jorge

Quisiéramos que nuestra vida pudiera ser controlada como un guión de cine o de algunas buenas series. Antes que nada habría que definir un género dominante, aunque siempre va a tener un poco drama, acción, aventura, romance, terror, entre otros. También aparecen personajes buenos y menos queridos, que hacen que la historia tome diferentes matices y la haga más o menos interesante. Esto se desea para ser los buenos de la película, al los que todo les sale bien, superan las dificultas y comparten su futuro con el mas guapo o guapa.

Si tuviera la libertad de escoger cedería mi protagonismo, por participar en una película de historias entrelazadas, como Magnolia, Cinco Sentidos o Love Actually (la única comedia de Hugh Grant que me gusta), por que muestra una existencia interdependiente con otras, donde nadie es mas importante que el otro.

Me daría mucha jartera estar metido en un rollo del tipo Abre los Ojos o un drama gigantesco, de esos que filma Almodóvar y que parece que superan la realidad o de esos que ni se entienden como los de Lynch; de pronto sería más simpático hacer parte de una comedia del tipo Crimen Ferpecto o una de cultura roquera como Casi Famosos, como Lo que no quisiera ser es un remake, seguro por aborrezco las comparaciones.

Si no nombro películas colombianas es por que la mayoría no vende esperanza sino crudeza y el deseo inicial de que los buenos queden bien se represa y no necesariamente ocurre.

¿Cederíamos gustosamente nuestra “libertad” de hacer lo queramos y ceñirnos a una historia preestablecida?, si se tiene en cuenta los finales que nos gustan, de pronto si, ya no habría necesidad de decir “que sea lo que Dios quiera” por que todo nos saldría bien siempre.

pd1. Pensándolo bien si me gustaría ser un personaje de película. Me pido el Keyser Soze de Los Sospechosos de Siempre.

pd.2 Con esto termino mi homenaje al compadre Nel, por ser fuente de tema en diferentes conversaciones y correos electrónicos compartidos

6.9.06

Teoría de los Merecimientos

Por Jorge

“Dios no castiga ni con palo ni con rejo”, es la frase que oímos con cierta regularidad para justificar las desgracias que nos ocurren en retaliación por un comportamiento no muy católico, con la extraña esperanza de que existe una justicia divina del que lo ve todo y lo sabe todo, y que es más certera que la humana. Es así como frente a alguna desgracia que le ocurre a una persona mala solemos oir o decir que se lo merece.

Considero que la gente está interconectada, todos dependemos de los demás y si bien nuestros actos pueden moldear nuestro destino, también arrastra de alguna forma el de los otros y los demás lo arrastran a uno.

La prueba es que el moldeo del destino es una combinación de azares con un poco de ganas que uno coloca. Decir que se tiene un proyecto a cinco años puede ser mentira, pero los acontecimientos diarios que se presentan son papayazos que no se pueden desperdiciar…quizás desvían del proyecto, pero de pronto se convierten en metas intermedias.

Muchas oportunidades las generan los demás por uno, incluso cuando no se merecen y sin darse cuenta. También a veces se lucha y no se alcanza, aun cuando se han tenido condiciones para merecer y el consuelo es que se hizo todo lo posible.

Lean esto de alguien que opina lo contrario, que la justicia divina si existe o algo que le parece.

“Tenía el tiempo justo para entrar al supermercado, comprar una caja de leche para desayunar en el trabajo y tomar el tren, si demoraba un minuto mas perdía el tren y llegaría al trabajo con veinte minutos de retraso. El caso es que entre al supermercado, pagué la leche con una moneda de $2 y el cajero registró $20, dándome vueltas de más. Obviamente pensé en decirle que había hecho mal su trabajo, pero si ajustaba las cosas seguramente perdería el tren mientras el llamaba al supervisor, pedía la llave y hacia el retorno, adicionalmente también me embargó esa maldita idea de ser vivo, (…) y aprovechar el papayazo (…) El caso es que tome la plata, no dije nada y alcance el tren en el tiempo justo. Cuando llegue al trabajo me di cuenta de algo, y era que había dejado mi comida y lonchera en el tren por andar pensando en el éxito de mi crimen, es decir, me había quedado sin almuerzo y onces, y como yo soy de un apetito desmesurado me iba a salir caro el despiste, y así fue, me gaste ese día $25 en almuerzo y demás meriendas, es decir que gaste $7 de más, y si le sumamos $10 de la lonchera, son $17…ahí estuvo esa justicia divina que gobierna mi vida. A veces no creo que sea algo celestial, he pensado que quizá es un mecanismo moral inconsciente que me implantaron o que desarrollé a lo largo de mi vida, puede ser una forma auto punitiva e inconsciente que tengo para no volver a caer en la tentación y quizá acercarme medianamente al modelo humano que mis padres, el colegio y la sociedad en general esperan de mi, puede ser…puede ser…”

¿Ustedes qué opinan? ¿Con cúal idea nos quedamos?

4.9.06

Todo cable tiene su enchufe

Por Jorge

A pesar de que nos debe liberar de muchas cargas y trabajos manuales la tecnología nos esclaviza a que el tiempo que nos ahorramos lo destinemos a seguir trabajando en detrimento de nuestra calidad de vida. Como afirma un amigo, “no conozco a la primer persona que diga que el tiempo que ahorra escribiendo en word en vez de en una máquina de escribir, lo gasta en hablar, dormir y comer bien o reírme con alguien (…) quizás lo gasten en hojas de cálculo en excel, presentaciones en power point o contestando correos por medio del Outlook”

Contando la cantidad de enchufes que tengo en mi escritorio suman 12, que son conectados a través de varias multitomas y estabilizadores: El monitor, la CPU, la impresora, los dos cargadores del celular, el de las pilas, un televisor, el equipo de sonido, un tajalápiz eléctrico, unos audífonos inalámbricos, la lámpara, un mapamundi que tiene una luz interna. Algunas de estas cosas me las han regalado, y aunque no las creo inútiles no las hubiera comprado ni tampoco se en que utilizo el tiempo que me deja libre un aparato que le saca punta a mis lápices con un motor y una cuchilla.

Habrá quienes invierten en ser mas productivos y otros en vivir mejor. Si hay algo que disfrute son esos almuerzos eternos, con remate de café en el Juan Valdez de la Luis Ángel Arango, que duran mas de 2 horas en las que se puede charlar de cualquier tipo de trivialidad. Disfruto poco que la gente viva con estrés y que creen que eso es la finalidad de la vida y si solo se compensa teniendo cosas.

La vida está no solo llena de cables, sino también de enchufes, tener más se ha convertido en sinónimo de ser mejor persona y lo que es peor, (y aquí vuelvo a citar al mismo amigo), una buena parte de los aparatos “traen consigo una obligación”, lo que se demuestra en tendencias como la oficina ambulante, con aparatos que no solo nos permiten ubicar la gente donde sea, sino también mandarles mas trabajo, corregir documentos en plazas, parques, carros, aviones, donde sea.

En estos espacios, curiosamente ya no hay cables, pero el estrés es peor que si los hubiera, por que al menos donde existen se ha creado un ambiente propicio para ello (que en no pocos casos es nocivo), pero es perverso querer combinar la posibilidad de tomarse un café y conectarse a la internet para revisar la última versión de un documento y reenviarla por correo electrónico. Lo mejor es parar y disfrutar el café, después se ocupa del resto, por que en últimas si está trabajando extra para poder comprarse más cosas.

24.8.06

La vida es llena de cables

Por Andrés

Detrás de la computadora en la que paso 10 horas diarias en el trabajo, en el piso, en la calle, siempre hay algún cable que conecta una cosa con otra. Creo que el dialogo -¿Cuándo almorzamos?- , -Ahí hablamos...- es una especie de cable que nos conecta con los inconectables.

Antonio se preparó un té negro justo después de llegar a la oficina. Estaba lloviznando y salir de la casa le pareció mas difícil que siempre, con sus zapatos de cuero embolados y la sombrilla larga negra con empuñadura curva que había comprado el agosto anterior en San Andresito; todo parecía una escena intolerable. Pero ya había llegado, ya estaba en la oficina, listo para continuar haciendo lo que hacia todos los días en esa bodega ajena y fría: nada.

Toda la mañana se cumplió entre Herp Albert y noticias para ejecutivos, intercambiando miradas comprometedoras con su compañera de escritorio, que esta mañana se veía mas desesperada y soltera. Nada mas indeseable que una soltería evidente. No podía esperar a que fuera medio día, así que salió al baño desde las 11.30 y sin que nadie se diera cuenta bajó hasta la cigarrería de la esquina a tomarse una cocacola a medio enfriar.En la cigarrería entraba la luz de la mañana que parece atardecer, la luz gris de los días de lluvia en la sabana. Antonio recordó a Jorge Isaacs y le dieron ganas de volver a leer los libros del colegio, los únicos que había leído excepto por el "Código da Vinci" y "Tu puedes sanar tu vida". Ya era medio día y podía salir de su escondite sin temor a que sus jefes lo encontraran por la calle.

En la esquina, el vendedor de pilas, relojes y pulsos se emocionó cuando un señor gordito con camisa desabrochada y chaqueta de tela le preguntó por una pila para un Mido. El señor gordito lo asustó cuando soltó una carcajada digna de payaso y gritó sin terminar de reírse: ¡Toñooooooo!. Antonio y el se conocían desde la universidad, el mismo semestre en que ambos se retiraron por falta de dinero. Ambos habían estado sobrios y ebrios en los mismos lugares, habían besado a las mismas niñas y ahora los dos "trabajaban" en el mercado de los repuestos para hiladoras y máquinas de costura.

-¿Cuándo almorzamos?- , -Ahí hablamos-. escuchó el relojero antes de ver a su posible cliente perderse entre un grupo de enfermeras con uniforme saliendo de las cabinas telefónicas.
Ninguno tenía planes para almorzar, y los dos extrañaban la compañía de una persona que aparte de tener las mismas penas, tiene las mismas esperanzas y el mismo pasado. Los dos rieron mientras se daban la espalda y metieron la mano en el bolsillo del pantalón acariciando las llaves y el llavero que siempre guardan en el mismo bolsillo, como un amuleto de la suerte.
Los dos almorzaron solos; pero es mejor comer solo un día a tener que hablar 1 hora completa sobre un pasado que sin duda fue mas feliz que el presente, y tratar de parecer un poco menos triste ante un amigo que posiblemente si nos quiere. Es mejor parecer ocupado, aunque se tengan 23 horas libres al día. Es mejor hacer la lucha solo.

Al regreso a su trabajo se preparó otro te negro, y mientras lo sorbía para no quemarse le guiñó el ojo a Clara, su compañera de escritorio. –Me encontré con Julio, quedamos de almorzar un día de estos- dijo Antonio sonriente, mientras ella abría los ojos para parecer interesada, y se burlaba mentalmente del pedazo de sobrebarriga que Antonio traía entre los dientes.

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¿Cuándo almorzamos?

Por Jorge

Esta expresión se ha vuelto bastante común en las personas no muy allegadas, con los que se compartieron algunos espacios y hasta se mantuvo una amistad por algún periodo de tiempo.

Tras la sorpresa inicial por el reencuentro, superar la pregunta ¿cómo está? y su automática respuesta “bien, gracias” (contestar “mal” o “jodido”, “preocupado”, “triste”, o lo que sea, puede corchar a la otra persona por que en realidad “no lo siente mucho”), actualizar la información de cada uno (si trabaja y dónde, si vive en el mismo sitio, con quién de los del grupo con que compartió se ha hablado, en fin), viene un proceso de despedida en el que se lanza la gran invitación: ¿cuándo almorzamos?

Que tal si nos sinceramos con esos que no nos caen tan bien y respondemos “nunca” o “con usted yo no me tomo ni un Alka Seltzer”, pero como somos educados la respuesta mas usual es “cuando quiera” o “hablamos”, siendo que a veces no tenemos ni la dirección de correo electrónico, ni el número del celular.

Algunos inclusive insisten y tras pedir los datos dicen “pero en serio yo lo llamo”, cuando si por esas llamadas fuera mi celular tendría telarañas o me habrían suspendido la línea por no usarla.

Yo me considero serio al respecto, llamo, escribo, procuro cumplir con los que realmente quiero verme. Hace poco me encontré con alguien que no veía hace como tres años. Su bienvenida fue un “¿estás feliz?”, así a secas, me dejó mudo, luego me tocó admitir que hace rato nadie me lo preguntaba y se lo agradecí. Como la respuesta no se limita a un si o no, pues nos demoramos conversando un buen rato, de pronto un día de estos almorzamos, en esas quedamos…

19.7.06

Palabras que producen bostezos

Por Jorge

Se que lo que estoy escribiendo no es un tema nuevo, si buscan bien hace unos años Héctor Rincón, cuando era columnista de Cambio, escribió una columna en la que hacía alusión a aquellas expresiones que al escucharlas no le inspiraban más que un gran bostezo, signo de aburrimiento y sueño. La mayoría de las palabras reseñadas fueron aquellas empleadas por la burocracia o por los gobernantes de turno.

Imito ahora la idea con el fin de ampliar aquellos términos que se usan irresponsable y repetidamente, acuñándoles una gran cantidad de significados y que rara vez logran su propósito.

Comenzaré por uno que no existe en español y que por más que incluyo en el diccionario, mi procesador de texto lo resalta en rojo: empoderamiento. Este vocablo adaptado del inglés empowerment , se utiliza constantemente al referirse a la capacidad que adquieren las comunidades durante la implementación de proyectos sociales y que les hará más consientes de sus capacidades futuras.

De hecho éste se convierte en uno de los fines de muchos programas, lo que me hace preguntarme si lo que quiere el gobierno no será que la gente ya no lo necesite, puesto que de tantas capacidades y de tantas posibilidades que se generan al interior de las colectividades se convierten en una fuente autosuficiente con masiva participación, recursos y resolución de controversias.

El término es usado insaciablemente en comités, grupos de discusión, foros, talleres y demás espacios de participación, pero parece que en una buena parte de los casos los grupos que deben generar sus iniciativas de trabajo y desarrollo simplemente no lo hacen, a veces culpa de la inexperiencia otras de quienes proponían el traspaso de poder. En últimas el empoderamiento no existe ni en español, ni en la realidad.

La segunda expresión que quisiera mencionar si existe, pero se le dan tantos significados que en últimas no se sabe lo que denota y parece que se termina haciendo todo lo contrario (nada), este es: gestión .

La verdad es que la palabra en si no me produce pereza, sino más bien ganas de llorar, expresiones como: se lo estamos gestionando, y la gestión está en proceso, revelan la dificultad y el número de requerimientos necesarios para que finalmente el gobierno responda que falta algún papel, firma, sello o timbre que permita efectivamente la realización de un trámite, siendo que éstos no tienen nada que ver con lo que realmente significa gestionar .

La última que reseñaré hoy es protocolo, pero no refiriéndome a la acepción que la distingue como una regla diplomática, sino a la que busca definir parámetros para el desarrollo o ejecución de un procedimiento. La realización de un protocolo (¡uy! casi no la puedo terminar de escribir, que bostezo) implica un trabajo en equipo que la avale y se reúna. Desafortunadamente para las reuniones, normalmente interinstitucionales, que lo definen no existe protocolo (otro bostezo).

Estos son tres ejemplos que se presentan en mi trabajo, si usted acaso tiene más, háganoslo saber y participe.

17.3.06

Aqui escribimos de chéveres

Por Jorge

Compadre, creo que usted ha dado con el chiste de este ejercicio, por que lo que yo pensé que iba a ser mi ventana de difusión hacia el mundo me hizo descubrir una cosa: mi mundo es chiquito. Pero aún así me gusta, ampliarlo más que un reto o una necesidad es algo que simplemente pasa en las cosas que hago en el mundo real, aquí solamente comento esos eventos y quizás alguien por fuera de mi mundo llegue a leerlas y le interesen, inclusive gracias a las palabras que hemos escrito, algunos interesados en temas, como Girardot y el Transmilenio, llegan a nuestro blog sin querer queriendo y gracias a google.

Antes hubiera querido que a todos les gustara, que nuestros cuentos interpretaran toda una generación, pero no es así y no me importa. Este ejercicio simplemente hace las veces de un paréntesis literario, trata de dar explicación o exponer dos visiones del mundo, pero sin presiones de ningún tipo.

Agradezco a toda la comunidad blogera, esos que si han ampliado su mundo por el medio virtual, se leen y se comunican entre si, se hacen amigos y establecen vínculos de pertenencia, por que yo me siento parte de ella cuando leo un post interesante, así no lo comente…

Al compadre Andrés, con el que iniciamos esta idea, espero que esto no sea una carga, sino pues se acaba, me parece normal que hayan menos cosas que lo diviertan, por que hemos vivido más y menos cosas nos sorprenden, más si se tiene en cuenta que hay muchas malas, pero de hecho otro de los objetivos del blog es encontrar la dicha en lo cotidiano y a veces experimentar con cosas fuera de la rutina a ver qué pasa…creo que esa últia parte ha estado sin explotar.

En este último año me han (nos han) pasado muchas cosas…los que leen esto y algunos otros han estado ahí y creo que se les ha agradecido y se les seguirá agradeciendo. Dentro de los que leen, algunos se han reído, otros se han alejado, escuchan una buena canción o ponen a prueba sus conocimientos cinéfilos…ojalá demos para más en el futuro

Despues de un año

Por Andrés

¿Y para que queríamos escribir? Hace un año empezamos como un ejercicio, escribir para escribir. Teníamos ganas de contar cosas, de pensar y dejárselo saber a otros. Este no es un blog con muchas visitas, pero creo que los principales lectores de mi vida lo revisan de vez en cuando.

Pasó un año y creo que es un buen momento para volverme a preguntar ¿Por qué quiero tener un blog? O mejor ¿Todavía quiero tener un blog?. En sus inicios pensé que iba a ser un espacio de opinión y bajo ese rótulo lo clasifiqué en BlogsColombia; opinar sobre todo, sobre cualquier cosa o sobre nada. Eso era lo que quería, que los lectores de mi vida supieran lo que pienso sin tener que encontrarme con ellos para echarles todo el cuento. Quería dedicarle tiempo a pensar en formas creativas de escribir algo que por mi estilo de vida puede llegar a ser demasiado cotidiano. Hacer ejercicio mental, intentar usar el lenguaje escrito naturalmente, casi como hablando, dejar la pasividad, mantenerme activo y vigente.

De pronto, después de un año, apagué la televisión, deje de leer los periódicos, no mas revistas ni encuentros en bares y cafeterías. No mas “vida social”. Todavía tengo opiniones, pero son sobre sujetos tan personales que no tengo tanta creatividad como para hacerlas parecer de interés común.

Un año pasó y he aprendido algo gracias a este ejercicio: a veces, que nos escuchen no es tan importante. No quiero ser escuchado por millones de personas, ni siquiera por diez, por que honestamente creo que en este momento no tengo nada que decirles. La segunda lección es: lo mejor de hacer las cosas es hacerlas.

Escribir por escribir, tener un blog por la medio hora de dicha que me da pensar en algo para escribir, escribirlo, leerlo y publicarlo. Este blog es pura diversión per se. Y sin los que lo leen, sin esas 5 o 4 visitas diarias en promedio, todo esto perdería todo el sentido.

Por eso, gracias compadre River por leerme y escribirme. Las ganas de divertirme no han parado, solo que encuentro diversión en menos cosas. Espero que volver a sentarme frente a la compu, corregir y pensar, vuelvan a ser de mis pasatiempos favoritos; que las pastillas para el insomnio me dejen tiempo de vez en cuando para escuchar música nueva mientras le dedico media hora a usted y a todos los que nos revisan, para intentar ser creativo y escribir naturalmente, como hablando con ustedes. Espero que mi intento de hacerlo no se vuelva una carga, ni una tarea.

Un abrazo

13.3.06

Puerto Saigón

Por Jorge

Puerto Carreño está ubicada a 860 kilómetros de Bogotá, su altura es de 50 metros sobre el nivel del mar, pero queda como a 500 kilómetros de una costa, las precipitaciones están presentes todo el año, pero en estos meses en los que se inicia el año llueve menos. Lo más cercano que tienen a una playa se ubica en las riveras del río Orinoco (éste si es un río impresionante) y buena parte de su economía se basa en los servicios del gobierno.

No conozco muy bien la historia de la ciudad, pero seguramente la necesidad de establecer un puerto para el intercambio comercial con Venezuela, hizo pensar en la idea de fundar un asentamiento humano entre los ríos Meta, Orinoco y Bita. Adicionalmente ese punto afirmaría la soberanía nacional en las fronteras con Venezuela.

Si se quiere ver todo el pueblo se puede subir el llamado Cerro de la Bandera, que es mas bien una loma y no tiene bandera, se puede ver también el río Bita desembocando en el Orinoco y luego la unión del Orinoco con el Meta, donde se hace la esquina de Colombia. Del otro lado se observa Puerto Páez, ya en Venezuela.

Al abrirse la puerta del avión nos recibió un aliento de aire hirviente y húmedo ¿Como hacen todos los habitantes de este pueblo para aguantarse semejante calor?

Mientras espero que escampe acostado en el chichorro en el patio del hotel, me pregunto si esa misma sensación pegachenta en todo el cuerpo era la que sentían los soldados en Vietnam, se me venía a la cabeza la imagen de los actores que salían en la serie “Misión del Deber”, sufriendo con ese eterno calor.

La escena no era ni siquiera parecida a lo que se veía en televisión, es extraño, pero por lo único que lo podía relacionar es por una sensación que no se ha digitalizado y transmitido en televisión, la del tacto, pero aun así seguramente me encontraba ya desvariando por el calor que era realmente alto, a pesar de que diluviaba.

En realidad me acompañaba más gente en este lugar: unos paisas que hablaban de sus éxitos en la pesca del día en el río Meta, mi compañera de trabajo y un sapo gigante en un charco, que no lamí por el riesgo a intoxicarme.

(continuará…si no me da jartera seguir contando esto…de pronto cuelgue fotos)

13.1.06

La circunscripción del 1.65

Por Jorge
En nuestro país se consagra la protección de una gran cantidad de derechos y el reconocimiento de los de minorías que hasta antes de su promulgación eran invisibles para la sociedad y no tenían la posibilidad de pertenecer a alguna estructura de poder del orden nacional.

Dentro de la configuración en participación política, las minorías étnicas dividas en comunidades negras y comunidades indígenas, tienen garantizadas respectivamente dos y una curules en la Cámara de Representantes.

Aunque esta participación reivindica una condición histórica de exclusión, garantiza esta una verdadera inclusión dentro del sistema de toma de decisiones o es un espacio que mitiga más no resuelve los problemas de sus representados?

Si fuese así diferentes grupos mayoritarios tendrían derecho entonces a tener una curul en los cuerpos colegiados? Primero vendrían los que tienen una identidad basada en su origen, así no tengan un reconocimiento étnico, por ejemplo, los judíos. Luego otros grupos creerían poder tener representación.

Se imaginan una curul para los que ganan el salario mínimo (en realidad serían como 35 curules para éstos si de representatividad se trata), otra para los deudores del sistema UPAC, una mas para los discapacitados y así con cada grupo que se sintiera con la capacidad de ser representado, de demandar leyes que mejoren su calidad de vida y electoralmente fuertes.

Los que saben de este cuento dirían que los partidos se pueden encargar de estos asuntos y que en sus planteamientos generales podrían dar cabida o no a este tipo de propuestas de sus representados. Pero entonces por qué darle representación sólo a algunas minorías étnicas sin necesidad de que conformen un partido y excluir a los demás acores sociales?

Yo podría representar dos de estas colectividades: la de los miopes y el de los que miden menos de 1.65. No me he enloquecido, simplemente quisiera que ha todos los niños de 4 años les hicieran exámenes de visión, lentes antireflejo para los que manejamos o usamos computador y que hubiera una varilla mas bajita para agarrarse en Transmilenio, que nos dejen en las sillas de adelante del Colón, etc.

Como no creo que ningún partido lo incluya en su programa tendría que discutirse y con perspectiva de género y todo: si, yo propongo entonces que haya una circunscripción especial para las personas que medimos menos de 1.65, pero por la cual pudieran votar ciudadanos más altas y a la que pertenecieran un hombre y una mujer de esa estatura.

La única solicitud especial por parte nuestra sería que la curul tendría que ser adaptada para que los pies alcancen el piso y unos escalones para que se vean con mayor presencia escénica cuando les den la palabra.