26.9.05

Equidad

por Andrés
Mi rutina de transporte urbano es muy reducida, son 3 minutos en una estación, 3 es un articulado, 5 en el portal y 5 en un alimentador. Quince minutos en total, nada extraordinario. Además la estación de Toberín ni el portal del Norte son lo suficientemente utilizados como para que los problemas sean pan de cada día. Sin embargo, tengo la posibilidad de ver las filas a los alimentadores, eso es en pocas palabras, ver como viven el transporte público los usuarios con menos recursos, los más favorecidos con TM

Revisando el portal del sistema encontré que la flota de alimentadores está compuesta por 362 buses, algo como el 37% del total. En la semana del 14 de agosto se alimentaron 3.1 millones de personas; en promedio, esa semana en cada uno de los buses en y cada uno de los recorridos iban 23 pasajeros. No suena tan mal, si no se tiene en cuenta que normalmente un bus en la hora pico puede llevar hasta 4 veces el valor promedio de pasajeros transportados en un día. Y no es de chiste, un tipo de 25 años agarrando a su hijo de 5 en un bus con 90 personas, desesperado y cansado, después de sentirse explotado en una jornada laboral de 14 horas. Con ese tipo, yo prefiero no meterme. En total, son como medio millón de personas al día que suben y bajan de estos buses que recorren 778 barrios. La mayoría de ellos de bajos recursos, trabajadores hasta la muerte, con familias de más de 4 miembros.

Lo mejor del caso es que, si uno se fija atentamente a la actitud de estos usuarios, se dará cuenta que incluso estas condiciones son un alivio para lo que tenían que soportar antes. Y bueno, uno se sube a un expreso 70 o 60 a las 6 de la mañana, se estruja, le cogen la cola y por mucho que se demore, son 30 minutos. No puede esperar mas, teniendo en cuenta que sistemas como el metro de Londres, que tiene una población similar a la de Bogotá transporta 2.9 veces el número de pasajeros de TM a la semana.

Ahora, cuando vayan a un portal, les recomiendo que se pasen por los andenes de los alimentadores y se fijen. Esos son los verdaderos beneficiarios del sistema, por ellos estamos pagando $ 1.200, por ellos nos estrujamos nos vamos de pie, en lugar de tener una silla siempre disponible (solo he visto ese fenómeno en el metro de Ámsterdam, donde en hora pico usted se puede subir al Tram con su bicicleta sin enterrarle el manubrio a nadie). La economía según el diccionario es “Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”. Que quede claro que, todos los bienes son escasos, lo que me permite decir que teniendo en cuenta lo que ofrecemos, TM es suficientemente bueno, al menos por los próximos 5 años.

18.9.05

Transmilenio día a día

Por Jorge
En busca de un orden determinista en la ciudad, se ofrece a los ciudadanos mayor “calidad de vida” y la posibilidad de ser más productivos, a través del sistema de transporte masivo “Transmilenio”, que agrupa en corrales, llamados estaciones, a las personas que subían y bajaban anteriormente de los buses a lo largo de calles y andenes sin orden alguno.
El sistema, al ordenar el transporte urbano, reduce el tiempo de desplazamiento y evita en parte los accidentes con otro tipo de vehículos, puesto que dispone de un carril exclusivo por el cual transitar.

miércoles 11. 5.45 pm
Luego de una jornada laboral me dispongo a ir a mi casa, abordo el sistema, en uno de los buses que la empresa denomina corrientes, es decir, paran en cada una de las estaciones hasta el final del recorrido. Casi nunca los abordo porque son muy lentos y es desesperante que paren tantas veces.

Uno de mis mejores amigos estaba dentro del bus e iba con otra amiga a la casa de él a ver una película o por lo menos eso dijeron. Hasta ahí nada raro. La sorpresa está en que varias estaciones después se sube otro amigo nuestro, del que estábamos hablando, la sincronía nuestra dio no solo para que nos montáramos en el mismo tipo de bus, el “mochilero”, sino que además, nos subimos por la misma puerta y fuimos a para a la parte central del bus que parece un acordeón y que articula un “vagón” con otro. (Sólo faltaba que Amelie subiera a nuestro bus con la mano metida en una bolsa llena de lentejas.)
Ante tanta coincidencia nos fuimos a tomar cerveza.....

Viernes 13. 6.40 am.
Me encuentro en la estación más cercana a mi casa, a 150 cuadras de la universidad en la que estudio, voy tarde como es obvio, calculo que a las 7.20 a.m estaré en el salón de clases. Me subo al bus que al Transmilenio que cubre la ruta 50, tras avanzar 6 cuadras el bus se detiene, miro al frente y el bus inmediatamente adelante también se había detenido.
6.48 am. Los buses siguen quietos, de repente, la noticia de que en la calle 134 con Autopista Norte, a dos cuadras de donde me encontraba se había estrellado con un taxi!!!
Los buses dieron reversa, entre tanto los que venían del norte, se desviaban a la calzada central de la autopista norte.
6.53 am. Por fin el bus se había podido desviar y ahora se disponía a recoger a los pasajeros del bus estrellado, a pesar de la demora, creí que esto si iba a estar bueno, porque cómo carajos se iban a subir?

Pues lo hicieron por las puertas en los extremos delantero y trasero, dispuestas al lado opuesto a las que uno entra en la estación, las cuales cuentan con unas escaleras que facilitan la entrada.

Tuve que ver como se viola una ley física que dice que para que un objeto tenga la capacidad de contener algo debe estar vacío, ya que al articulado se metieron por lo menos 50 personas más, con lo cual no solo iba a llegar tarde, sino que más incomodo que nunca.

Lunes 16. 8.35 am.
Esta vez voy sin afanes, no tengo que llegar a clase de 7, me encuentro dentro de uno de los grandes vehículos rojos del sistema, que se detiene en la estación de la calle 80, se abren simultáneamente las puertas del bus y la estación y la gente empezó a bajarse y subirse (a no ser que coloquen una barrera física, no vamos a poder superar que la gente quiera subirse al bus sin dejar que los que llegan a su destino se bajen), entre estos una mujer como de 1,72, como de unos 35 años, no muy atractiva, va a bajarse y le pega un calvazo al tipo que está justo al lado mío y le dice: -“Imbécil, a cogerle el rabo a otra”.

A lo que el señor de unos 25 años, como de 1,67 de estatura, responde:
-“Vieja loca, qué le pasa?”.

Lo curioso es que ni la señora tenía cara de ser de reacciones impulsivas o violentas, ni el tipo tenía pinta de depravado, manilargo o manoseador. De pronto le pegaron sin haber hecho nada. Lo peor acá fue que me tocó aguantarme la risa, de pura vergüenza al ver a alguien como mi tía (o la suya), le pegaba a otro, sin poder tener una reacción similar y quedando en ridículo ante tanta gente. (Si, es que el mal ajeno, así en porciones pequeñitas, es de rechupete!!!).

El intento de la Administración Distrital por hacer un orden en el transporte público se queda corto, porque quienes utilizamos estos buses somos indeterminados, tenemos comportamientos aleatorios e incluso, si todos los días encontráramos a la misma gente, podríamos observar reacciones y conductas diferentes ante los mismos hechos, es precisamente por esto y no porque nos demoremos menos de la casa al trabajo o a la universidad, que éste es un sistema de vida.

14.9.05

Así no me caso

Por Jorge
Tras ver la obra de teatro Alladeen (si, así se escribe, si no me creen visiten www.alladeen.com), en una de las jornadas del Festival Iberoamericano en el Teatro Nacional de la Castellana, pues se tenía que dar paso a la tertulia, ojalá acompañada por una cerveza. La puesta en escena aprovecha una gran cantidad de recursos técnicos en luces, audio y video y no contiene una historia lineal y si más bien el “drama” que representa la globalización en las personas y la adaptación de los mercados.

-Entonces qué? una cervecita?, preguntó un amigo
-De una, dónde no la tomamos por acá cerquita?, preguntó otro
-Nosotros nos tenemos, que ir?- Dijo la hermana de una amiga

El esposo la miró y con tono suplicante le dijo:
- Pero si es sólo una cerveza.
- Si, pero es que yo tengo que madrugar mañana y a usted como no le toca secarse el pelo.

Seguramente el tipo no tenía la intención de tomarse un petaco y luego llegar a cascarle a la mujer, NO, cuando el tipo decía una cerveza era eso y nada más. La posibilidad de tener un esparcimiento mayor, de compartir con más gente se le estaba truncando…y no en un tono muy bonito.

- Pero queeee, es una cervecita y ya, donde habrá un lugar por acá? –insistió mi amigo
- Por acá no hay –respondió la egoísta esposa
- Y tu cómo sabes? - intervino el abnegado marido?
- Pues por que yo colaboré en la elaboración del Plan Parcial de la zona y acá está prohibido…

(Silencio como por 15 segundos)

Para evitar más problemas el tipo decidió coger un taxi e irse con la señora, pero creo que hubiera existido una solución mejor: montarla en el taxi a ella sola. Pues si!!!, semejante conocedora de la ciudad se puede defender solita mientras el marido se desestresa.

Claro, todos dirán, usted no es capaz, cuando se case va estar maniatado y hasta peor que ese pobre tipo, pero me pregunto: el tipo no tenía derecho a su cerveza tanto como ella a descansar? Por qué el tonito fue lo que prevaleció y no los argumentos? Si va ser para que me griten, pues yo así no me caso.

p.d Resultó que la señora y yo trabajábamos en el mismo edificio, y el concepto ella cambió después que casualmente me la encontré en un acto noble: donar sangre.