Por Jorge
Esta expresión se ha vuelto bastante común en las personas no muy allegadas, con los que se compartieron algunos espacios y hasta se mantuvo una amistad por algún periodo de tiempo.
Tras la sorpresa inicial por el reencuentro, superar la pregunta ¿cómo está? y su automática respuesta “bien, gracias” (contestar “mal” o “jodido”, “preocupado”, “triste”, o lo que sea, puede corchar a la otra persona por que en realidad “no lo siente mucho”), actualizar la información de cada uno (si trabaja y dónde, si vive en el mismo sitio, con quién de los del grupo con que compartió se ha hablado, en fin), viene un proceso de despedida en el que se lanza la gran invitación: ¿cuándo almorzamos?
Que tal si nos sinceramos con esos que no nos caen tan bien y respondemos “nunca” o “con usted yo no me tomo ni un Alka Seltzer”, pero como somos educados la respuesta mas usual es “cuando quiera” o “hablamos”, siendo que a veces no tenemos ni la dirección de correo electrónico, ni el número del celular.
Algunos inclusive insisten y tras pedir los datos dicen “pero en serio yo lo llamo”, cuando si por esas llamadas fuera mi celular tendría telarañas o me habrían suspendido la línea por no usarla.
Yo me considero serio al respecto, llamo, escribo, procuro cumplir con los que realmente quiero verme. Hace poco me encontré con alguien que no veía hace como tres años. Su bienvenida fue un “¿estás feliz?”, así a secas, me dejó mudo, luego me tocó admitir que hace rato nadie me lo preguntaba y se lo agradecí. Como la respuesta no se limita a un si o no, pues nos demoramos conversando un buen rato, de pronto un día de estos almorzamos, en esas quedamos…
24.8.06
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1 comentario:
y... entonces, que respondemos cuando nos preguntan ¿cuando almorzamos?
Mejor que no responder, es no preguntar.
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