Por Andrés
El tema del tipo con pinta de bocadillo (no bocadilloconqueso, solo bocadillo) me ha dejado sin palabras. Que envidia, que dicha, que sabroso poder lograr esos niveles en el ámbito del primer contacto en el transporte urbano. Yo paso mucho tiempo en el transmilenio por que es el único que puede llevarme a mi universidad, y no pasa una semana sin que vea al pie mio una de esas señoritas que dan ganas de conocer. Por eso, por pura envidia de lo que tiene “Carlos” y yo no, estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda para mejorar mis habilidades interpersonales.
Para tal efecto, comenzaré por conocer gente. Pero ya no quiero mas alternos con talento, ni universitarios mantenidos (los de mi tribu). No. Lo que yo necesito es conocer gente emprendedora, de las que viaja estudiando inglés, de las que saben que el TLC empieza a tener relevancia y sobre todo, saben como entrarle a la gente. Es por esto que, gracias a una invitación recibida por correo, asistiré a una de esas reuniones en las que personas con ganas de ganar plata caen incautas en el rollo de “Trabaje desde su casa”.
Ok, es posible que no esté empezando en el lugar mas adecuado para conocer niñas lindas como “Patty”, es posible que esta solo sea una excusa para de verdad “mejorar mis ingresos trabajando en mi tiempo libre”; pero igual, no puedo reprimir mas estas ganas que me carcomen. Pienso en esto más como un ejercicio tipo Club de la Pelea, y no como un paliativo a mis falencias, ya evidentes ante mis propios ojos.
La historia comienza así: una tarde hace 3 días recibí un mail con una oferta de empleo que en resumen no decía absolutamente nada. No hablaba de salario pero prometía jugosas sumas, no trataba de horarios, no decía la empresa para quién iba a trabajar. Decía algo como “Ud. Ha sido seleccionado por su capacidad de emprendedor, sus estudios previos y su disponibilidad para hacer parte de un selecto grupo de ...” En ese momento pare de leer y sin pensarlo demasiado quise ver eso. No es una religión donde te fuerzan a creer en algo abstracto y sobrenatural, no se trata de un foro de vendedores de Herbalife donde te convencen de los beneficios del producto y de comprarlo para ti de tal forma que los demás vean el efecto y también lo quieran. Se trata de una promesa de dinero, así de llana. Un grupo de personas desocupadas, encorbatadas, esperando una solución a los problemas de su vida en un trabajo misterioso.
Adjunto a continuación el mail con el que me citan al la reunión que espero, me divierta tanto como me intriga. Si se animan a acompañarme, pueden inscribirse en la siguiente dirección:
Estimado(a) Andres Giraldo
Su entrevista está confirmada para el día Sábado, 30 de Julio de 2005 a las 09:30 am. en la Cra. 13 a # 88 - 44.
Es imprescindible ser puntual, es muy importante que llegue 15 minutos antes, vestir acorde a la ocasión (vestimenta de negocios) e imprimir esta confirmación para presentarla en la recepción al momento de su llegada. Al llegar debe solicitar a Maria Consuelo Forero y Ricardo Fonseca.
Por favor haga click AQUI para imprimir éste documento el cual debe entregar al llegar a la dirección antes señalada. En caso de no tener una impresora disponible, tome nota de la información aquí contenida y suminístrela al llegar a su entrevista.
Espero con ansias que la mañana llegue y me llene de las bendiciones de dios fortuna. Espero conocer a una Daisy, o Maribel. Que tal a un Carlos que, en uno de sus arranques de Sr. Personalidad, me revele el secreto para ser un chico que levanta en los buses. No puedo aguantarme, ¡quiero ir ya !
30.7.05
29.7.05
If I would...
Por Jorge
Apenas me subí al transmilenio me percaté de que la niña que ocupaba una silla azul estaba demasiado alentada y que era muy joven para la forma en que estaba vestida y desde luego para estar ahí sentada: sastre gris, zapatos negros y una camiseta blanca con escote rectangular discreto pero insinuante, lo suficiente.
Llevaba un libro en sus piernas, “Algo international business”.
-¿Estás estudiando inglés?
Uy! Ese no fui yo! Me percaté de que al lado mío había un enano, y para que yo diga que es un liliputiense, pues el tipo realmente era bajito.
Vestía pinta bocadillo: blazer azul, pantalón café, zapatos negros, camisa blanca de diagonales azules y corbata con cuadros, todo un salpicón. El tipo tuvo la valentía de hablarle a la escotada mujer a quien yo apenas miraba de reojo.
-Si, aunque yo ya lo he estudiado antes, viví en Londres- respondió ella.
-¿En serio?, yo también viví alla tres años, si algo se te dificulta puedes llamarme, mi nombre es Carlos, y le dicto un teléfono que ella copió.
-Yo soy Patricia…pues no lo domino tanto como tu, yo sólo estuve allá un año.
- Qué es lo que te queda más difícil, la gramática, hablarlo?
- La gramática
-Y algo en especial?
-Si, las cláusulas
- Veo
- No mentiras, los condicionales…
Era increíble, este maestro debería ser contratado en el polo norte para romper trozos gigantescos de hielo que dificultan el acceso a sitios remotos, ya tenía su confianza ganada, pero venía lo mejor…
-¿Y en dónde viviste?
- En Zipaquirá.
Nuestra despistada amiga creía que le había preguntado por su sitio actual de habitación y yo igual de despistado llegué a pensar que había un barrio londinense que se llamaba como el municipio cundinamarqués, infortunadamente, no es así…
-No, en qué parte de Londres?.
- Ah, en ******
- No puede ser, casi somos vecinos, antes no nos vimos, yo viví en Liverpool street.
- Y te alcanzaron a tocar los atentados?
- No, yo llegué y una semana después fueron, muy cerquita a donde yo vivía hubo uno en la estación de Liverpool Street
- Tanta gente inocente…..
- Si, pero además que canallada poner una en King's Cross, donde todo el mundo hace intercambio.
- Habrá que volver, pero ahora no, por que las cosas están muy agitadas.
Que ironía decir que no se puede ir a Londres estando en Colombia.
La sensibilidad estaba a flor de piel, sólo quedaba mostrar un poco más de interés en ella…
-Bueno y me puedes dar el tuyo?
-Ah, no me lo sé
Se seguía confirmando que como buena parte de las mujeres, esta también se hace la loca; luego procedió a mirar su teléfono y a darle el número.
-Y estás estudiando en la universidad?
- Ahora estoy haciendo la práctica en Proexport, en un estudio de comercio exterior.
- Que interesante, ahora con el TLC, el tema toma relevancia.
Claro, mostrar algo de interés y mínimo de conocimiento no sobra…
El bus se seguía llenando y el lugar común de cómo viven de llenos los articulados, así no sea hora pico fue parte de la conversación incluyendo el chiste de transmilleno, vinieron silencios incomodos...(para evitarlos, por favor vean la escena de "Pulp Fiction" en la que Mia Wallace-Uma Thurman- le dice a Vincet Vega -John Travolta- que cuando vuelva del baño quiere que le tenga un tema de conversación)
Infortunadamente llegué a mi estación de destino y me tuve que bajar, de nuevo concluyo que nuestro sistema de transporte es tal cual como su slogan: “Un sistema de vida”.
La última frase que escuché de nuestro Don Juan antes de bajarme fue:
- Y Patty, donde queda la empresa?
****** Los autores de este blog quieren proteger el barrio de Patty en Londres de y por lo tanto no lo divulgan.
De la emoción no anoté los teléfonos, sería derechupete poder hacerles entrevistas.
Apenas me subí al transmilenio me percaté de que la niña que ocupaba una silla azul estaba demasiado alentada y que era muy joven para la forma en que estaba vestida y desde luego para estar ahí sentada: sastre gris, zapatos negros y una camiseta blanca con escote rectangular discreto pero insinuante, lo suficiente.
Llevaba un libro en sus piernas, “Algo international business”.
-¿Estás estudiando inglés?
Uy! Ese no fui yo! Me percaté de que al lado mío había un enano, y para que yo diga que es un liliputiense, pues el tipo realmente era bajito.
Vestía pinta bocadillo: blazer azul, pantalón café, zapatos negros, camisa blanca de diagonales azules y corbata con cuadros, todo un salpicón. El tipo tuvo la valentía de hablarle a la escotada mujer a quien yo apenas miraba de reojo.
-Si, aunque yo ya lo he estudiado antes, viví en Londres- respondió ella.
-¿En serio?, yo también viví alla tres años, si algo se te dificulta puedes llamarme, mi nombre es Carlos, y le dicto un teléfono que ella copió.
-Yo soy Patricia…pues no lo domino tanto como tu, yo sólo estuve allá un año.
- Qué es lo que te queda más difícil, la gramática, hablarlo?
- La gramática
-Y algo en especial?
-Si, las cláusulas
- Veo
- No mentiras, los condicionales…
Era increíble, este maestro debería ser contratado en el polo norte para romper trozos gigantescos de hielo que dificultan el acceso a sitios remotos, ya tenía su confianza ganada, pero venía lo mejor…
-¿Y en dónde viviste?
- En Zipaquirá.
Nuestra despistada amiga creía que le había preguntado por su sitio actual de habitación y yo igual de despistado llegué a pensar que había un barrio londinense que se llamaba como el municipio cundinamarqués, infortunadamente, no es así…
-No, en qué parte de Londres?.
- Ah, en ******
- No puede ser, casi somos vecinos, antes no nos vimos, yo viví en Liverpool street.
- Y te alcanzaron a tocar los atentados?
- No, yo llegué y una semana después fueron, muy cerquita a donde yo vivía hubo uno en la estación de Liverpool Street
- Tanta gente inocente…..
- Si, pero además que canallada poner una en King's Cross, donde todo el mundo hace intercambio.
- Habrá que volver, pero ahora no, por que las cosas están muy agitadas.
Que ironía decir que no se puede ir a Londres estando en Colombia.
La sensibilidad estaba a flor de piel, sólo quedaba mostrar un poco más de interés en ella…
-Bueno y me puedes dar el tuyo?
-Ah, no me lo sé
Se seguía confirmando que como buena parte de las mujeres, esta también se hace la loca; luego procedió a mirar su teléfono y a darle el número.
-Y estás estudiando en la universidad?
- Ahora estoy haciendo la práctica en Proexport, en un estudio de comercio exterior.
- Que interesante, ahora con el TLC, el tema toma relevancia.
Claro, mostrar algo de interés y mínimo de conocimiento no sobra…
El bus se seguía llenando y el lugar común de cómo viven de llenos los articulados, así no sea hora pico fue parte de la conversación incluyendo el chiste de transmilleno, vinieron silencios incomodos...(para evitarlos, por favor vean la escena de "Pulp Fiction" en la que Mia Wallace-Uma Thurman- le dice a Vincet Vega -John Travolta- que cuando vuelva del baño quiere que le tenga un tema de conversación)
Infortunadamente llegué a mi estación de destino y me tuve que bajar, de nuevo concluyo que nuestro sistema de transporte es tal cual como su slogan: “Un sistema de vida”.
La última frase que escuché de nuestro Don Juan antes de bajarme fue:
- Y Patty, donde queda la empresa?
****** Los autores de este blog quieren proteger el barrio de Patty en Londres de y por lo tanto no lo divulgan.
De la emoción no anoté los teléfonos, sería derechupete poder hacerles entrevistas.
26.7.05
GO (Guía del Ocio)
Por Jorge
La verdad es que cada vez me maman las salidas sin motivo. En realidad salGO como por ver que pasa, pero hace rato no siento el “estoy que me rumbeo”….y la verdad es que me GOzo los motivos: cumpleaños, despedidas, grados y demás son sitios en los que la contagiosa alegría permite el disfrute de la pachanga.
Salir a ver que pasa
Normalmente si uno espera mucho de una rumba no pasa nada, sino espera nada de pronto tampoco, así que es mejor ir a la fija e insisto en lo del motivo (que haya).
Convergencia
La verdad odio esa esquina frente a ese centro comercial estilo Miami que lo obliga recorrer todos lo locales para lograr llegar al cine, y frente al que era la sede de la Cruz Roja que albergó a desplazados y uno que otro vivo por más de un año, y que hoy en día está en obra para ser sede de oficinas. Lo detesto por que obliga al transeúnte arrivista a protegerse en el espacio privado o en la seguridad privada, para que no le pidan comida o traGO o le morboseen la chica o le busquen pelea en vez de poder confrontar la situación..
Seguramente los lugares excluyentes muestran lo peor de si a la sociedad, le quita el carácter de gente a quien no tiene ingresos suficientes o una pinta adecuada, y de paso nos sentimos seguros y hasta identificados, acaso no habrá alGO mas repulsivo? Ellos al penetrar las barreras físicas de la ciudad, nos dan asco y nos parece que es lo peor que produce nuestra ciudad. Acaso estamos haciendo alGO para que ya no se produzca? Lo peor es que en los momentos en los que uno se los encuentra está tratando de evadir realidades más personales, que le tocan más: el trabajo, el estudio, el amor, o no tener alguno de los tres, en fin, todo menos que los pobretones vengan a pedir o (uy! Que susto!!) a agredir.
El GOrdo
El encuentro con este personaje no era propiamente el “qué pasa!?” de la noche, pero fue mejor que nada. Como ya se dijo el sitio donde estábamos es una esquina de confluencia social, ebrios caminan al lado de hambrientos, solitarios al lado de mujeres voluptuosas, personas calzando Nine West y vestidas con Tommy Hilfiger al lado de harapientos (¿cuál exclusión uón?).
Nuestro personaje bonachón y con una chica linda, apenas y se podía sostener de la rasca. (Agradezco públicamente a Andrés el que ni me haya presentado, hubiera sido un formalismo ridículo y rápidamente olvidado).
El punk que se nos sentó en la mesa a ofendernos era uno de los que quizás ofende a su casta “yo no soy punk, yo soy yo”, dijo tras tratar de devolverle una de las ofensas. Todos recibimos sus reproches y percibimos sus ganas de buscar pelea por no tener nada que perder.
El GOrdo dijo “GO de mi mesa” y cambió a una actitud más excitada, el punk mostró todo su resentimiento “GOnorrea,,. usted como no le ha tocado aguantar hambre”…”si soy una rata, una rata urbana” -exclamo más tarde (Un llamado de afecto para unos es un gran insulto para otros -para los que lo entiendan-).
-“Nos vamos?” –preguntó el GOrdo,
-“Bueno” –asentimos todos.
No creo que en realidad se fueran agarrar, ambos estaban asustados, el GOrdo sólo se quito las gafas y ya pasó a ser el agresor. El respaldo del punketo apenas y decía cosas como “traigan a ese marica” y se referían a su compañero no a "nuestro GOrdo".
Aunque disfruto lo que hace ese encuentro con la ciudad (finalmente la ciudad es la gente), me parece mejor ser un poco determinista y saber qué nos vamos a encontrar, de pronto la próxima vez no estamos tan de buenas y nos toca el ataque de los hippies.
Nota: Este blog no pretende ofender a ninguna tribu urbana, al personaje que denominamos punk o punketo o punkero, tenía ese día una pinta similar por lo cual se le cataloga de esa forma. Estamos seguros de que hay fanáticos del punk que son buenas personas y que hay unos peores que el que nos agredió verbalmente. Tampoco creemos que los hippies sean agresivos.
La verdad es que cada vez me maman las salidas sin motivo. En realidad salGO como por ver que pasa, pero hace rato no siento el “estoy que me rumbeo”….y la verdad es que me GOzo los motivos: cumpleaños, despedidas, grados y demás son sitios en los que la contagiosa alegría permite el disfrute de la pachanga.
Salir a ver que pasa
Normalmente si uno espera mucho de una rumba no pasa nada, sino espera nada de pronto tampoco, así que es mejor ir a la fija e insisto en lo del motivo (que haya).
Convergencia
La verdad odio esa esquina frente a ese centro comercial estilo Miami que lo obliga recorrer todos lo locales para lograr llegar al cine, y frente al que era la sede de la Cruz Roja que albergó a desplazados y uno que otro vivo por más de un año, y que hoy en día está en obra para ser sede de oficinas. Lo detesto por que obliga al transeúnte arrivista a protegerse en el espacio privado o en la seguridad privada, para que no le pidan comida o traGO o le morboseen la chica o le busquen pelea en vez de poder confrontar la situación.
Seguramente los lugares excluyentes muestran lo peor de si a la sociedad, le quita el carácter de gente a quien no tiene ingresos suficientes o una pinta adecuada, y de paso nos sentimos seguros y hasta identificados, acaso no habrá alGO mas repulsivo? Ellos al penetrar las barreras físicas de la ciudad, nos dan asco y nos parece que es lo peor que produce nuestra ciudad. Acaso estamos haciendo alGO para que ya no se produzca? Lo peor es que en los momentos en los que uno se los encuentra está tratando de evadir realidades más personales, que le tocan más: el trabajo, el estudio, el amor, o no tener alguno de los tres, en fin, todo menos que los pobretones vengan a pedir o (uy! Que susto!!) a agredir.
El GOrdo
El encuentro con este personaje no era propiamente el “qué pasa!?” de la noche, pero fue mejor que nada. Como ya se dijo el sitio donde estábamos es una esquina de confluencia social, ebrios caminan al lado de hambrientos, solitarios al lado de mujeres voluptuosas, personas calzando Nine West y vestidas con Tommy Hilfiger al lado de harapientos (¿cuál exclusión uón?).
Nuestro personaje bonachón y con una chica linda, apenas y se podía sostener de la rasca. (Agradezco públicamente a Andrés el que ni me haya presentado, hubiera sido un formalismo ridículo y rápidamente olvidado).
El punk que se nos sentó en la mesa a ofendernos era uno de los que quizás ofende a su casta “yo no soy punk, yo soy yo”, dijo tras tratar de devolverle una de las ofensas. Todos recibimos sus reproches y percibimos sus ganas de buscar pelea por no tener nada que perder.
El GOrdo dijo “GO de mi mesa” y cambió a una actitud más excitada, el punk mostró todo su resentimiento “GOnorrea,,. usted como no le ha tocado aguantar hambre”…”si soy una rata, una rata urbana” -exclamo más tarde (Un llamado de afecto para unos es un gran insulto para otros -para los que lo entiendan-).
-“Nos vamos?” –preguntó el GOrdo,
-“Bueno” –asentimos todos.
No creo que en realidad se fueran agarrar, ambos estaban asustados, el GOrdo sólo se quito las gafas y ya pasó a ser el agresor. El respaldo del punketo apenas y decía cosas como “traigan a ese marica” y se referían a su compañero no a "nuestro GOrdo".
Aunque disfruto lo que hace ese encuentro con la ciudad (finalmente la ciudad es la gente), me parece mejor ser un poco determinista y saber qué nos vamos a encontrar, de pronto la próxima vez no estamos tan de buenas y nos toca el ataque de los hippies.
Nota: Este blog no pretende ofender a ninguna tribu urbana, al personaje que denominamos punk o punketo o punkero, tenía ese día una pinta similar por lo cual se le cataloga de esa forma. Estamos seguros de que hay fanáticos del punk que son buenas personas y que hay unos peores que el que nos agredió verbalmente. Tampoco creemos que los hippies sean agresivos.
Bogotá, cll 83
Por Andrés
El sábado pasado salí de rumba de nuevo. Pero esta vez experimenté algo nuevo: fuimos a un bar de moda, de esos que hay que hacer fila para entrar y gastar mas de 100 mil pesos en una botella de tequila.
El sitio se llama Nistha y queda en frente de Atlantis Plaza en la 81. (Carrera 14 No. 81 -10).
A la entrada tuvimos que hacer más lobby que para conseguir un trabajo. Los porteros tenían cara de todo menos de muchachos rudos y saca-borrachos. Logramos entrar (casi que a las malas, moviendo palancas) y una vez adentro nos encontramos con una parte del grupo que había llegado mas temprano para evitar el suplicio del arribismo a las 10 de la noche en la portería del sitio. Estaba sonando pop latino y así siguió casi toda la noche, variando con tandas de house, 80's, vallenato y merengue. Lleno de chicas y chicos jóvenes, semi-universitarios, semi-ejecutivos, el uniforme era camisa y jeans para los hombres, blusitas escotadas y variedad de faldas y jeans para las niñas. No me puedo quejar, niñas muy bonitas y tipos poco amenazantes.
Empezamos lento, bailando como se camina, tomando suave para que la botella durara toda la noche. La entrada me bajó los ánimos lo suficiente como para que, aunque el sitio fuera de verdad bonito, no tuviera demasiadas ganas de estar ahí. Igual, experimento es experimento y hay que llevarlo hasta las últimas consecuencias. Me dispuse entonces a pasarla bien, bailando y viendo de cerca a mi próximo room-mate. Enamoradora.
Bailé un rato, suficiente como para que mis acompañantes empezaran a estar de verdad bien, una pareja que no era pareja iba por los vallenatos apoyaditos y entonces supe que era el momento de un descanso para mi. Salí del sitio y me encontré con una Bogotá horrible, llena de gente en las calles buscando como robar o pidiendole trago o comida a los otros rumberos que descansaban en un lugar de perros calientes. Daba miedo estar ahí. La noche empezó a cambiar de ritmo y de pop latino pasó a punk criollo, tipo Gobierno Podrido o Rodrigo D.
Al sitio de perros entró uno de mis amigos que veo con poca frecuencia. El gordo, borracho como siempre que lo veo, buscaba en sus bolsillos plata para pagarle una hamburguesa a su chica. Esperé a que guardara los billetes en el bolsillo (consejo: no asustar a un borracho mientras cuenta plata en la calle), lo saludé y nos sentamos en frente mientras comían. Uno de los personajes que pedían comida se sentó y empezó a molestarnos incansablemente. De un momento a otro el gordo respondiendo a una agresión del punkero se quitó las gafas y lo persiguió media cuadra con la intención de enseñarle a respetar, por que no todos los borrachos lo hacen por diversión y nadie debe aprovecharse de su condición en ningún momento.
Emocionado, corriendo detrás del gordo para que no se agarrara con un tipo que hasta armado podría haber estado, me detuve y encontré que la Bogotá callejera era suficiente por el momento. Nos despedimos y volvimos al bar, con el ánimo mucho mas dispuesto a disfrutar de lo que resultó ser una salida muy sabrosa. El ritmo cambió de nuevo y ahora la noche sonó a mapalé o puya: la gente del sitio ya estaba muy entonada y cantaban pop como se canta un vallenato, las señoritas bailaban tan emocionadas y atrevidas que se podría pensar que en cualquier momento las blusas escotadas quedarían reducidas a un trapo en el piso. Las meseras bailaron sobre la barra, el reguetón subía la tensión sexual en todos y de pronto, sin darme mucha cuenta, me gustó.
Volví al apartamento muy feliz, manejaba tranquilo, sin afanes, disfrutando de la autopista norte a las 3 am en una madrugada lluviosa. Las luces se opacaban con el brillo del concreto en las calles y yo las veía mas alegres y juguetonas que antes. ¿Vale la pena gastarse 40k en una salida un sábado por la noche? Todavía no lo sé, pero supongo que hacerlo de vez en cuando es tan divertido como quedarse en la casa descansando. De vez en cuando.
(imágen de eskape)
El sábado pasado salí de rumba de nuevo. Pero esta vez experimenté algo nuevo: fuimos a un bar de moda, de esos que hay que hacer fila para entrar y gastar mas de 100 mil pesos en una botella de tequila.
El sitio se llama Nistha y queda en frente de Atlantis Plaza en la 81. (Carrera 14 No. 81 -10).
A la entrada tuvimos que hacer más lobby que para conseguir un trabajo. Los porteros tenían cara de todo menos de muchachos rudos y saca-borrachos. Logramos entrar (casi que a las malas, moviendo palancas) y una vez adentro nos encontramos con una parte del grupo que había llegado mas temprano para evitar el suplicio del arribismo a las 10 de la noche en la portería del sitio. Estaba sonando pop latino y así siguió casi toda la noche, variando con tandas de house, 80's, vallenato y merengue. Lleno de chicas y chicos jóvenes, semi-universitarios, semi-ejecutivos, el uniforme era camisa y jeans para los hombres, blusitas escotadas y variedad de faldas y jeans para las niñas. No me puedo quejar, niñas muy bonitas y tipos poco amenazantes.
Empezamos lento, bailando como se camina, tomando suave para que la botella durara toda la noche. La entrada me bajó los ánimos lo suficiente como para que, aunque el sitio fuera de verdad bonito, no tuviera demasiadas ganas de estar ahí. Igual, experimento es experimento y hay que llevarlo hasta las últimas consecuencias. Me dispuse entonces a pasarla bien, bailando y viendo de cerca a mi próximo room-mate. Enamoradora.
Bailé un rato, suficiente como para que mis acompañantes empezaran a estar de verdad bien, una pareja que no era pareja iba por los vallenatos apoyaditos y entonces supe que era el momento de un descanso para mi. Salí del sitio y me encontré con una Bogotá horrible, llena de gente en las calles buscando como robar o pidiendole trago o comida a los otros rumberos que descansaban en un lugar de perros calientes. Daba miedo estar ahí. La noche empezó a cambiar de ritmo y de pop latino pasó a punk criollo, tipo Gobierno Podrido o Rodrigo D.
Al sitio de perros entró uno de mis amigos que veo con poca frecuencia. El gordo, borracho como siempre que lo veo, buscaba en sus bolsillos plata para pagarle una hamburguesa a su chica. Esperé a que guardara los billetes en el bolsillo (consejo: no asustar a un borracho mientras cuenta plata en la calle), lo saludé y nos sentamos en frente mientras comían. Uno de los personajes que pedían comida se sentó y empezó a molestarnos incansablemente. De un momento a otro el gordo respondiendo a una agresión del punkero se quitó las gafas y lo persiguió media cuadra con la intención de enseñarle a respetar, por que no todos los borrachos lo hacen por diversión y nadie debe aprovecharse de su condición en ningún momento.
Emocionado, corriendo detrás del gordo para que no se agarrara con un tipo que hasta armado podría haber estado, me detuve y encontré que la Bogotá callejera era suficiente por el momento. Nos despedimos y volvimos al bar, con el ánimo mucho mas dispuesto a disfrutar de lo que resultó ser una salida muy sabrosa. El ritmo cambió de nuevo y ahora la noche sonó a mapalé o puya: la gente del sitio ya estaba muy entonada y cantaban pop como se canta un vallenato, las señoritas bailaban tan emocionadas y atrevidas que se podría pensar que en cualquier momento las blusas escotadas quedarían reducidas a un trapo en el piso. Las meseras bailaron sobre la barra, el reguetón subía la tensión sexual en todos y de pronto, sin darme mucha cuenta, me gustó.
Volví al apartamento muy feliz, manejaba tranquilo, sin afanes, disfrutando de la autopista norte a las 3 am en una madrugada lluviosa. Las luces se opacaban con el brillo del concreto en las calles y yo las veía mas alegres y juguetonas que antes. ¿Vale la pena gastarse 40k en una salida un sábado por la noche? Todavía no lo sé, pero supongo que hacerlo de vez en cuando es tan divertido como quedarse en la casa descansando. De vez en cuando.
(imágen de eskape)
13.7.05
La ciudad de las Acacias
Por Andrés
Girardot es el destino turístico por excelencia de lo menos selecto de la clase media Bogotana. Una ciudad con 150.000 habitantes, abre sus brazos a los turistas que llegan como hormigas a perderse en las mieles del alcohol y el calor, soportando el sudor y los mosquitos con tal de disfrutar, aunque sea un riesgo para la salud, de sus piscinas y balnearios.
Girardot es el destino turístico por excelencia de lo menos selecto de la clase media Bogotana. Una ciudad con 150.000 habitantes, abre sus brazos a los turistas que llegan como hormigas a perderse en las mieles del alcohol y el calor, soportando el sudor y los mosquitos con tal de disfrutar, aunque sea un riesgo para la salud, de sus piscinas y balnearios.
- Mientras me emborrachaba con mis amigos en melgar, el fin de semana previo al paseo, se celebró el concurso “Miss Tanga Colombia” en las instalaciones del hotel Bachue. La reina, con todo su glamour es digna representante de las bellezas colombianas que frecuentan este pueblo-ciudad. Nótese la finura de los rasgos de la ganadora y el porte con que, en frente de una botella gigante de aguardiente, muestra sus exuberantes formas haciendo las delicias de los borrachines asistentes al evento:
- "Antes de la fundación del municipio, le llamaban "la chivatera", por las muchas cabras o chivas que existían en la zona."1 Ahora, las cabras han sido remplazadas por lobas que pululan por sus calles y sitios de rumba.
- Gracias al perrenque girardoteño, personajes provenientes del distinguido municipio han podido erguir nuevos cabarets y discotecas, la más representativa de ellas llamada “El Oasis” creada y construida por el cantautor Charly Zaa. Tuve la oportunidad de ir a codearme (si, por que tocaba codearse) con la clase y el estilo de los narcos y las prepago asistentes. Fue una velada llena de excesos (trago ventiao y drogas en los baños), donde conocimos personajes fantásticos y cariñosos (un gordito llamado Richie con su amante que literalmente “perreaba” para nosotros en una cama).”1 Quienes vienen de paseo o visita a nuestra ciudad tiene que pasar por este elegante y confortable lugar de rumba y musica, pues es en este lugar donde se reunan bellas chicas y apuestos jovenes a compartir de una noche maravillosa cargada de musica, amistad, adrenalina y sabor, en un ambiente acogedor de amistad y colorido.”En la foto, el dueño y sus amigos:
Puentes pasados, puentes y fines de semana. No puedo esperar para volver a disfrutar de este exótico paraje, borracho hasta el amanecer; un sitio donde puedo hacer a desafuero todo lo que en mi querida Bogotá, no podría hacer nunca.
Las fotos también han sido tomadas de la misma fuente1 .
6.7.05
Dónde se conoce la gente?
Por Jorge
La mayoría de personas pertenece a un círculo básico que le permite integrarse en la sociedad y que son su espejo en el mundo. La familia, los amigos y compañeros de estudio y trabajo son la base en la que uno conoce personas. Sin embargo, a veces se quisiera explorar otros círculos, conocer otra gente, como si existiera un vacío, como si los que tenemos no nos llenaran.
Invitaciones: 1. Piense en la gente que ha conocido en los últimos cinco años, o que ya conocía pero que son aquellos con los que ha rotado días y noches. Trate de hacer la cuenta. Ahora mire a ver cuántos le quedan, cuántos siguen estando cerca de usted.
2. Acuérdese de la gente de su círculo que tiene cuentos como: “fulanito (a) se cuadro con no-se-quien”. Se acuerda que siempre trato de indagar más: “¿Dónde se conocieron? ¿Era amigo de alguno? ¿Era de la universidad? ¿Del trabajo?”. La averiguación no sólo permite contextualizar, sino que usted se siente incluido por que de algún lado puede haber visto a la persona y por lo tanto puede dar un concepto sobre ella.
3. De pronto el del cuento es usted cuando dice a alguno de los suyos: “¿A ver y por qué no me presenta a alguien?”, “¿Por qué no me saca un amigo (a)?”
4. ¿Se acuerda de la lista del punto 1? ¿Cuántos no pertenecían al círculo? ¿Cuántos fueron espontáneos? ¿Y cuántos de estos continúan?
La mayoría de personas pertenece a un círculo básico que le permite integrarse en la sociedad y que son su espejo en el mundo. La familia, los amigos y compañeros de estudio y trabajo son la base en la que uno conoce personas. Sin embargo, a veces se quisiera explorar otros círculos, conocer otra gente, como si existiera un vacío, como si los que tenemos no nos llenaran.
Invitaciones: 1. Piense en la gente que ha conocido en los últimos cinco años, o que ya conocía pero que son aquellos con los que ha rotado días y noches. Trate de hacer la cuenta. Ahora mire a ver cuántos le quedan, cuántos siguen estando cerca de usted.
2. Acuérdese de la gente de su círculo que tiene cuentos como: “fulanito (a) se cuadro con no-se-quien”. Se acuerda que siempre trato de indagar más: “¿Dónde se conocieron? ¿Era amigo de alguno? ¿Era de la universidad? ¿Del trabajo?”. La averiguación no sólo permite contextualizar, sino que usted se siente incluido por que de algún lado puede haber visto a la persona y por lo tanto puede dar un concepto sobre ella.
3. De pronto el del cuento es usted cuando dice a alguno de los suyos: “¿A ver y por qué no me presenta a alguien?”, “¿Por qué no me saca un amigo (a)?”
4. ¿Se acuerda de la lista del punto 1? ¿Cuántos no pertenecían al círculo? ¿Cuántos fueron espontáneos? ¿Y cuántos de estos continúan?
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