5.3.07

La gente que dice "la gente"

Por Jorge
En mi trabajo es común interactuar con una cantidad de personas que representan intereses de diferentes sectores y beneficios propios, de manera que mi labor consiste en congeniar a una parte para que se trabaje conjuntamente y hacia el mismo objetivo.

En las reuniones que sostengo con estos individuos, suelen aparecer próceres, que respiran y hablan más duro, que gritan y discuten mucho, no necesariamente con argumentos y rematan exclamando “es que esto es lo que necesita la gente”. Una de las actividades que mas se propone es la de capacitar, que “la gente se eduque”, de alguna manera este combo se cree superior, son mesiánicos y tercos.

Lea gente que dice “la gente” tiene una pretensión extraña…y es que ellos parecen no serlo, qué serán acaso, ¿extraterrestres, tocados por un dios o algo así? Este seguramente es el post mas malo que habré escrito, por que lo relato con rabia, no con una emoción particular de simpatía hacia un hecho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no soy de los que digo ''la gente'', prefiero decir ''la plaga desgraciada''.

Anónimo dijo...

"Plaga desgraciada" ja, ja.. no tan malo el post en realidad.

Hay otra cosa con respecto a la dgente que dice "la gente" y es tal vez el opuesto: La gente que dice " es que a uno" que piensa que todo lo que le pasa a ellas y ellos le sucede a todo el mundo. Y no sólo eso. Tambien ocurre con lo que piensan, creen, saben o no saben.

Por ejemplo: en una charla con otra persona -... si es que eso siempre le pasa a uno cuando llega ahi: siempre se squivoca de dirección- o en em otro caso - si, es que siceramente uno no sabe nada de eso.. ¿cierto? - Lo dicen convencidos de que todos compartimos su situación... en fin.. un comentario suelto...

bonito el blog. Chao!

Jo G. Pallas Atenea dijo...

Generalizaciones como esa son realmente incorrectas e incómodas. "La Gente", "La Verdad", "La Mentira", "El Bien", "El Mal" y "Lo mejor" son realmente muletillas hartísimas que polarizan, totalizan y generan sólo amargura. Qué pereza.