Por JorgeGerardo era mi vecino de puesto, encargado del sistema de información de la oficina, este ingeniero de sistemas no saludaba, no decía nada, no hablaba por teléfono, cuando se le preguntaba algo respondía con monosílabos, el tipo ni se sentía y para mi era demasiado tímido mas no antipático. Este comportamiento era indescifrable por que una buena parte de mis compañeros de trabajo han sido siempre bastante habladores.
Un día en medio del desocupe me dio por meterme a la página de Palm y ahí si le dio por hablar, mejor dicho, casi no lo callo; lo dominaba todo: la capacidad de memoria de los modelos, sus sistemas operativos la resolución de las pantallas, los periféricos (¿?) y otra cantidad de especificaciones técnicas que me dejaron francamente sorprendido.
-Claro, es el tema de él- me dijeron algunos cuando les conté sorprendido la anécdota. Pero más bien yo me pregunto cómo es posible que este señor sólo hable entonces de una cosa y que además precisamente sea de esos aparatos aparentemente simples y lleno de circuitos. Su pasión se basaba en la razón de un aparatito rectangular.
El caso de Germán es muy parecido, él no es mi vecino, pero si era común cruzármelo en los pasillos y solamente intercambiábamos el saludo, su tema era el fútbol, mucho más común y pasional, lo descubrí en pleno mundial de Alemania en el 2006. aún así su opinión era muy racional, frases como “No es posible alinear un 9 de media punta” o “su movilidad le permitiría desempeñarse mejor como carrilero que como lateral”, hacían entonces que mis comentarios de “corra…corra” o “pero por qué no la pasa” me mostraran como un simple aficionado. Germán entonces era un técnico del deporte que muchos simplemente practicamos o gozamos, en ese mes, ni después, supe qué más le gusta o qué hace en su trabajo (y eso que estamos en la misma empresa).
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- -No marica en esta llevadez yo no salgo, además yo siempre gorriándoles a ustedes ya me da pena.
- - Camine hombre, que allá no lo dejamos morir de hambre.
- - No cómo se le ocurre y además todos emparejados y yo allá sólo.
- - Bueno güevón, yo no le voy a rogar, quédese entonces llorando en su casa.
(+)
- Quiubo, ¿Hoy si salimos con el parche?
- No, imagínese que estoy en Barranquilla visitando a mi novia.
- ¿Consiguió novia? Veo, ¿y la búsqueda de trabajo cómo va?
- Precisamente fue en el trabajo que me mandaron de viaje por unos días, aprovechando que me ascendieron a enlace con la seccional norte.
- Hombre lo felicito, nos vemos entonces la otra semana y me cuenta bien.
- No puedo, me gané un concurso en La W y me voy a Miami por quince días con todo pago.
- ¿Cómo así, usted oye La W?
(*)
- Ajá, que bueno oirlo y que se haya acordado de los pobres.
- Si, ya parece que me quedo por acá unos días juicioso y nos podemos tomar unas polas juntos.
- Pues que bueno, siempre es que tiene varias cosas que contar.
- Si, en un rato lo recojo.
- Vale, ¿viene en el carro de su papá?
- No, ¿acaso no sabía?, me gané un Twingo por tomar Choco-Listo.
¡Plop!...
(Estas conversaciones se tuvieron con la misma persona con pocos meses de diferencia).
DEDICADO A LOS AMIGOS A LOS QUE LA MONEDA POR FIN LES HA CAIDO EN LADO QUE SE HABÍAN PEDIDO.
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A L le robaron el celular otra vez, éste tenía todos los gallos posibles incluyendo doble cámara, que tomaba lindas fotos, adicionalmente se le llevaron todos los papeles.
-Yo me lo merecía, me estaba buscando ese robo, nadie me mandó a irme de bares; además acuérdate que no puedo tener esos aparatos tan sofisticados, siempre me los roban; ya me había pasado con dos celulares y una cámara…en cambio esa flecha que tenía antes ni por que de plata se lo llevan.
El lío de estar indocumentada no lo ha resuelto, no quiere que sus papeles digan que fueron expedidos acá en la capital, sino que deben ser originarios de su pueblo…ni modo, le tocó hacer todas esas vueltas en un día de vacaciones.